El verdadero Lucifer

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Lucifer es un brillante Lanonandek primario distinguido por su sabiduría, sagacidad y eficiencia. El número 37 de su orden. Los Lanonandek no son seres ascendentes, pertenecen a los universos locales, no residen más allá del universo local. Son como ángeles pero mil veces superiores en todas las capacidades. Nuestro creador, del universo local, eligió dar un grado amplio de libertad personal de elección y planificación a las órdenes Lanonandek. La ocupación más reconocida es de Soberanos de los Sistemas. Ninguna orden más alta que los Lanonandek se unió a la Rebelión de Lucifer, sólo las órdenes inferiores.

Lucifer era el Soberano de este Sistema, Satania. Se envenenó a sí mismo con sus ideologías, exaltando su yo llegando a ser insincero. Se declaró «amigo de los hombres  y los ángeles». Después de la rebelión, Lucifer y sus asociados han sido depuestos. Están confinados esperando, el decreto de desintegración, la muerte cósmica.
Hace 200 mil años Lucifer proclamó su Manifiesto Luciferino de la Libertad, el cual consta de 3 puntos centrales.
1.- La Realidad del Padre Universal.

    Lucifer planteó la inexistencia de Dios, que era sólo un mito inventado por los Hijos Creadores para sostener su control y poder. Argumentó que la gravedad y la energía eran inherente al universo y que se podía adorar a las fuerzas naturales.

2.- El Gobierno del Hijo Creador.

    Lucifer planteó que los Universos Locales eran autónomos y que no debían reconocer ninguna otra autoridad que no emanara de ellos mismos, argumentando que el actual esquema era un sagaz invento de las órdenes más altas del Universo para mantenerse en el poder. Que la resurrección de las almas era algo inherente y que las personalidades más altas no tenían derecho a juzgar e impedir la sobrevivencia de todos los mortales del Universo Local. Aun así, reconocía a Micael de Nebadón como su Padre y Creador, pero se negaba reconocerlo como su Dios y gobernante legítimo.

3.- Capacitación de los Mortales Ascendentes.

    Lucifer sostenía que se gastaba mucho tiempo y energía, para un destino que él consideraba incierto, y que en algunos casos el destino de los mortales edades tras edades no era sino habitar esferas similares a las de origen. Lucifer proclamaba que los mortales ascendentes debían gozar de la libertad de autodeterminación individual.

Con estas 3 declaraciones blasfemas, lanzó su horrenda orgía de muerte y destrucción sobre todo el Sistema de Satania. No debe confundirse a Lucifer con Satán o Satanás, su lugarteniente, un Lanonandek secundario. Ni tampoco debe confundirse a Lucifer con las grotescas y monstruosas representaciones de las primitivas razas humanas, que incluso hoy en día sienten temor irracional a las llamadas fuerzas demoníacas. El Diablo es en realidad Caligastia, el antiguo Príncipe Planetario, él y su séquito de seres intermedios rebeldes, han perdido totalmente su poder sobre las razas humanas hace ya mucho tiempo.

«En general, cuando se supone que los mortales débiles y disolutos están bajo la influencia de los diablos y demonios es que les dominan meramente sus propias tendencias inherentes y viles, siendo descarriados por sus propias propensiones naturales. Al diablo se ha acreditado mucho del mal que no le pertenece. Caligastia ha sido comparativamente impotente a partir de la cruz de Cristo.»

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