María como la virgen. Sí, Chile es el país de las Marías. Todas se llaman María, la señora que hace el aseo en la casa, la que plancha, la madre de don José, el jardinero, también su abuela y su hija. También mi vecina, María Ignacia y su hija María de los Ángeles. La diferencia es si nombras a una María con uno o dos nombres. Si no te llamas María no eres chilena. Hasta les ha dado por ponerle ese nombre hasta los hombres. Seguir leyendo...
No leer es un crimen, a tan solo un paso del delito. El que no lee es como las plantas, no se mueve y solo está ahí sin comprender el mundo que lo rodea y obviamente aun más lejos de comprender el mundo interno. En Santiago, ya no es excusa no tener un libro el cual leer en el tiempo libre. Alguien puede decir es que no hay tiempo libre. Es verdad si alguien no tiene tiempo libre entonces no tiene calidad e vida y debe comenzar a replantearse el hecho de haber sido esclavizado. Seguir leyendo...
Este famosísimo personaje de Santiago de Chile, específicamente del barrio Lastarria, que ultimamente lo hemos conocido por el programa de televisión Así Somos por sus inteligentisimas ideas y comentarios. Hace bastantes años que lo he visto pasear por esos lugares, al principio es chocante ver a un hombre vestido de mujer con falda y un pañuelo en la cabeza y su carrito de supermercado. Luego me enteré a modo de mito urbano que era un hombre muy inteligentísimo, que había ido a la universidad y que de pronto todo comenzó a cambiar hasta llegar a la situación que esta hoy en día, viviendo en la calle. Seguir leyendo...
Aquellos que tuvimos el privilegio de poder ver el canal de televisión 2 Rock&Pop, solo se transmitía en Santiago, la verdad no se si por cable llegaba a algún lado, y en su momento disfrutamos de la sana y entretenida programación de un canal que incluso hoy sería tildado de atrevido. ¿Qué sucedió? Parece que «los dormimos» los chilenos.
Uno de los programas de Canal 2 era Mister Chips, conducido por Alexander Shek, bueno revisando por ahí me encontré con su Blog. Seguir leyendo...
De la rosa original sólo nos queda el nombre, conservamos nombres desnudos.
La rosa existe en cuanto al nombre, poseemos nombres vacíos. (Las cosas existen en tanto tienen un nombre, nunca tendremos la cosa solo su nombre).
De la rosa solo nos queda el nombre.
«Hay un arte secreto que permite nombrar con palabras análogas fenómenos distintos entre sí: es el arte por el cual las cosas divinas pueden nombrarse con nombres de cosas terrenales, y así, mediante símbolos equívocos, puede decirse que Dios es león o leopardo, que la muerte es herida, el goce llama, la llama muerte, la muerte abismo, el abismo perdición, la perdición deliquio y el deliquio pasión.»[1] Seguir leyendo...